sábado, 11 de enero de 2014

Costura

Pasadas las fiestas y la vorágine de compras, comidas (en mi caso familiares pocas, los tengo un poco lejos para poder ir cada día, ya me gustaría) y buenos sentimientos, llega la hora de seguir con la vida. Y si los Reyes te han traído cosas para mejorar tu existencia, como es mi caso, MEJOR.

Entre otras cosas muy chulas, el regalo estrella de mi rey Baltasar particular ha sido... ¡Una máquina de coser!


Y diréis "Ah, ¿pero esta chica cómo es que no tiene ya una?", o más bien "Menuda craftie de mierda". También podríais pensar "Otra que se ha enganchao a El tiempo entre costuras, como dicen en el telediario". Nada de eso amiguitos. La historia es más larga y complicada, y tiene que ver con coser muchas prendas, durante muchas horas, de un tejido muy grueso y de no tener máquina industrial para ayudar a ello. Y a que muriese allá por el año 2007 sin poder evitarlo, y tratando de arreglarla sin éxito.

Pero ahora que por fin tengo casa nueva y espacio, tengo mi nueva máquina. Y ya la he estrenado para hacer algunos regalos handmade. En concreto, un identificador de maletas y un estuche de viaje para una amiga que me abandona para irse lejos (sí, quiero que te sientas culpable cuando leas esto).





Lo sé, las revistas japonesas de zakka me tienen demasiado influenciada, pero no puedo evitarlo.

Ya nadie puede pararme ¡MUAHAHAHA!

M